Cada paso dado en tu vida es un aprendizaje, una letra que escribes a cada momento. Una letra que lleva tu marca y tu marca es la que te ha atrapado, pues por tus actos te reconocerán. Dios es un espejo enorme que brilla con luz propia, y allí verás pasar cada instante de tu vida, en un minuto eterno, pero completamente. Entonces verás que tanto brilla tu alma.
Todos quisiéramos saber que nuestra alma brilla tanto como una estrella, pero esto tan solo se logra a través del aprendizaje, uno de éstos aprendizajes tiene mucho que ver con el reino angélico, pues ellos son los agentes portadores de las enseñanzas más profundas y verdaderas, pues provienen de la fuente de todo el universo, son los mensajeros de Dios.
Los ángeles, conocen cosas que los seres humanos tal vez descubran dentro de miles de años. Ellos pueden llevarnos a un paseo en los confines del universo, pueden enseñarnos secretos de todas las ciencias que existieron y existen en los mundos, tienen todos los conocimientos a disposición de quien los quiera aprender, pueden también llevarnos en cuerpo y alma con ellos y formar parte de su mundo, pero lo más importante es que ellos siempre están deseosos de tener un contacto más directo con los seres humanos.
Existen jerarquías de ángeles que aportan virtudes increíbles, tanto en lo individual como colectivamente, son los portales del edén, son los mensajeros de Dios, son los historiadores de tu vida, son los rectores de la luz; ellos son los que trabajan en todas las dimensiones universales para crecimiento de la conciencia, la evolución del ser humano y engrandecimiento de las obras de Dios.