Anoche pensaba en mi ultima terapia del Viernes pasado con una madre totalmente desesperada y agobiada por la actitud de su niña de 12 años y pensaba cuántas madres o padres habrán con esa misma desesperación?
Considero que no fui una "Madre Modelo" y mucho menos la madre abnegada y sufrida; aprendí en la propia experiencia, que se inicio a lo 19 años con un matrimonio a los 17 . Durante esta experiencia , hubieron mas errores que aciertos; pero gracias a Dios, a la vida, a mis seres queridos, hoy puedo sentirme Feliz,Orgullosa y Bendecida con mi hijo de 33 años, una esposa linda y una nieta preciosa, que se realizan en la vida en lo que les gusta y con sus propios formatos de vida, con valores, sensibilidad humana y metas. Por todo ello, desde mi compromiso personal con la humanidad y con el mayor respeto por cada uno ustedes, deseo hacerles llegar estas líneas, dado el alto índice de niños incomprendidos, padres desesperados, niños insatisfechos con sus padres y a su vez padres insatisfechos y desmoralizados con sus hijos, para que tomemos conciencia de lo importante y responsable, que es la maravillosa experiencia de ser padres, aunque muchas veces se nos torne tan dificil, es por ello que comparto estas líneas y tal vez pueda ser de ayuda a quien estuviera pasando por algo parecido.
Desde el momento en que nuestros niños nacen, se comienza la labor de formar una sana autoestima, esto se logra mediante la interacción del niño ó la niña con su medio ambiente, con sus padres, abuelos y demás familiares. Estas interrelaciones son las que van a intervenir en la formación de la autoestima, así como el medio en donde se relacione y sus características de personalidad.
A diferencia de los animales, nuestra identidad nos da un sello de únicos; no hay nadie que tenga una identidad clonada de otra persona; prueba de esto es que ni aún en gemelos encontramos similitudes totales; existen rasgos físicos que los unen, pero las características de identidad marcan una pauta excepcional. Tenemos en nuestras manos la capacidad de decidir quienes somos y también establecer si estamos contentos con nosotros mismos o no. En los niños y las niñas la formación de una autoestima sana, responde en gran manera a la dinámica familiar. Aquellas familias en donde se usa la descalificación o la sobreprotección como modelos de crianza, tienden a ser semilleros de personas que a la larga van a ser inseguras de sí mismas y que van a acarrear una sombra de pesimismo y autoagresión a lo largo de la vida. Frases a las que no les damos importancia, que son parte de la cotidianeidad son las que más fomentan una baja autoestima, tales como:
¡Qué raro tú! , ¡No lo puedo creer! , ¡Inútil!, ¡Tarado/a! , ¡Eres Raro/a ¡No sabes hacer nada bien! , ¡ Solo sirves para malograr todo!
Estas y otras expresiones van calando en lo mas profundo de sus sentimientos infantiles, en su corazón…. Llega el momento en que ya casi de forma espontánea, se vuelven personas que cuando se enfrentan al fracaso de la tarea más simple y sencilla, se tornan a sí mismos con los reproches más duros que pueden encontrar; imagínese que pasa cuando se enfrentan a fracasos verdaderos, fracasos que todos los seres humanos en algún momento vivimos como parte de nuestros aprendizajes son los jueces más implacables contra sí mismos…
Los niños y las niñas en su formación, se van a enfrentar a momentos en los cuales van a vivir una lucha entre la aceptación y el rechazo con quienes les rodean y consigo mismos. Por esta razón podríamos a veces equivocarnos al juzgar precipitadamente que un niño o una niña tienen baja autoestima.
Una niña hace unos días llegó a mi consulta y muy preocupada me decía ¡Ayúdeme con mi autoestima, tengo problemas de baja autoestima! Después de indagar las relaciones con su vínculo familiar y con sus pares, me doy cuenta que más bien es una niña que como ellos etiquetan a todos para ser la “popular” en su clase.
En su familia gozaba del reconocimiento de sus padres por su buena conducta y su buen rendimiento. En fin, no lograba encontrar enlaces con esto que ella llamaba “problemas de baja autoestima”. Cuando le solicité que me describiera su “mal”, se limitó a decirme que no lograba desempeñarse tan bien como quería en una clase de baile y que esto la hacía sentirse inferior. Esta revelación dio pie para que conversáramos sobre la tolerancia al error y a nuestras limitaciones. Resultaba una niña excelentemente buena en desarrollo oral, tenía una gran empatía hacia los demás, además era una muy buena dibujante pero… no era ágil bailando….
Debemos tener cuidado de no confundirnos con lo que es baja autoestima. Esto no tiene nada que ver con el sentimiento normal que experimentamos cuando sentimos que no logramos hacer algo tal y como queríamos. Quizás la importancia radica cuando por algo que no se logra hacer, se vuelca hacia sí mismo, sentimientos de incapacidad, hostilidad, enojo, falta de capacidad, intolerancia y hasta tristeza. Un niño/ niña con baja autoestima tiende a:
Desear ser alguien que no es, por ejemplo, quiere ser más pequeño o cuenta historias elaboradas acerca de cosas que le han sucedido.
Se siente inferior o cree que no vale nada.
Puede sentirse muy emocionado, hasta saltarle las lágrimas si alguien le demuestra interés o admiración.
Pide muchas explicaciones antes de comenzar una tarea o inclusive algo tan sencillo como un juego. Se subestiman con palabras como “soy tonto”, “me odio”, “yo no soy bueno/a para eso" ,me quiero morir”…Podría en ocasiones ser autodestructivo, propenso a accidentarse, golpearse.
Tiende a criticar a los demás niños y se queja con frecuencia.
Le es difícil el arreglarse, quiere vestir igual a alguien o no se preocupa por su aspecto.
Es impulsivo: no se toma el tiempo para pensar la respuesta adecuada porque de todas formas él piensa que va a fallar. Se distrae con facilidad, incapaz de prestar atención por un tiempo prolongado.
Esto se debe de la falta de confianza de sí mismo de poder terminar una tarea que le supone dificultad.
Un niño seguro de sí mismo es capaz de tolerar la frustración de algo difícil pues sabe que si continúa tratando finalmente tendrá éxito.
Sufre ansiedad aguda ante situaciones nuevas.
Sufre a causa de sus errores y entonces busca cómo evitar confirmar su ineptitud.
Carece de motivación.No persevera. Para perseverar uno tiene que creer que tiene una oportunidad de realizar lo que tiene en perspectiva.
Al tener baja autoestima piensa que es más probable que fracasará.
Le resulta difícil trabajar independientemente. Le resulta más fácil depender de adultos (hermanos/primos/vecinos) autoritarios o de compañeros dominantes.
Con los amigos o compañeros: Es extremadamente dependiente de las opiniones de los adultos o de los compañeros que gozan de más prestigio. Carece de seguridad en presencia de adultos que no conoce o de nuevos compañeros. El sentido que tiene un niño de su posición social o de la falta de ella, juega un papel muy importante en la conquista de la confianza y seguridad propia. Puede criticar a los demás o expresarse despectivamente acerca de los demás. Usted como padre y madre puede trabajar en la autoestima desde muy pequeños. Evite por ejemplo hacerlos sentir fracasados, enfréntelos al error de una manera natural. Hablele, cuentele de los multiples errores que ustedes como padres cometieron a su edad y evite comentar con soberbia y en comparación con el o ella, sus logros y actividades que desarrollaron a la misma edad que el niño o niña.
Hágales señalamientos como estos: ¡Ni modo, te equivocaste, esta bien equivocarse, todos nos equivocamos, vamos inténtalo de nuevo! Ayúdeles a ponerse metas alcanzables.
¿Quién dice que calificación ó nota es buena o mala? USTED.
Cuando usted se focaliza en la nota y no en el desempeño, esta enviando un mensaje equivocado. No pida notas altas, pida esfuerzo; así si en algún momento su hijo/a falla en un examen no se sentirá tan expuesto al fracaso.
Veo muchos niños que se angustian, lloran, se enferman, se autodestruyen comiendo o dejando de comer, se descompensan totalmente por las calificaciones ó notas….
¿Qué aprendizaje está dando? Practique hablar sobre sentimientos y emociones. Valide y Respete lo que ellos y ellas sienten aún y cuando a usted le parezcan insignificantes ó tonterías, plantee siempre las cosas en términos positivos. Hay un sabio proverbio muy popular que dice que los niños aprenden de lo que viven y es cierto, ponga a un niño/a en un ambiente negativo e intolerante y díganme si no lo incorpora dentro de si y se vuelve una persona negativa e intolerante…. Enseñe a sus hijos el valor de la perseverancia, del autoafecto. Enséñeles a reflexionar sobre su actuar, antes de juzgarlos con severidad.
No dejemos nunca de recordar que cuando nuestros hijos se hagan adultos serán el espejo y reflejo de nuestras acciones, formas en que nos presentamos, actuamos, decimos y manejamos nuestras vidas... Tener hijos es algo mas que sentir orgullo y ego por si son lindos, inteligentes, hábiles, quererlos y comprarles lo mejor.
Hace un tiempo alguien me pasó esta lista de características que necesitan tener los niños y las niñas con baja autoestima. Lastimablemente omitió la fuente, sin embargo me parece tan atinada, que la citaré textualmente: Amar a los hijos es:
Respeto, como persona.
Respeto, por su espacio propio.- Respeto, por su edad.
- Respeto, por sus gustos en los alimentos.
- Respeto, por sus horarios al dormir.
- Respeto, por sus juegos.
- Respeto, por sus amigos.
- Respeto, por sus limitaciones.
- Respeto, por existir.
- Amarlos, en cada una de nuestras acciones.
- Amarlos, en cada una de nuestras palabras.
- Amarlos, en cada una de nuestras formas de vida.
- Amarlos, en cada una de nuestras angustias.
- Amarlos, en cada una de nuestros momentos menos favorables.
- Amarlos, en cada diferencia de opinión